Los convulsos días que vive el panorama global han intensificado la agenda del ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Gabriel Boric, Alberto van Klaveren (Ámsterdam, 76 años). La entrevista la atiende en Brasilia, en una visita de Estado del mandatario de izquierdas marcada por la guerra arancelaria, pero su publicación lo pilla en el Vaticano, donde es el único miembro del Gabinete que participará del funeral del Papa Francisco. No es católico, pero, además de la buena impresión que se llevó cuando lo conoció personalmente a finales del año pasado, destaca su preocupación por los grandes conflictos internacionales como el árabe-israelí, la guerra en Ucrania, las migraciones y el cambio climático.
Pregunta. En el marco de la guerra arancelaria, ¿cuál fue el propósito de esta visita de Estado y qué se logró?
Respuesta. Esta visita se explica más bien por la primera celebración del día de la amistad chileno-brasileña. Ha habido un esfuerzo sostenido por llevar la relación a un nivel más alto y esta es la cuarta visita que el presidente Boric realiza a Brasil, varias de ellas en un marco multilateral, pero revelan una amistad especial entre ambos países, sobre todo si uno toma en cuenta que fuimos invitados a la cumbre del G20 y ahora a participar en la reunión de los BRICS y la COP 30 en Brasil. Está en los planes asistir a ambas.
P. Como dice, coincidió con la guerra arancelaria y vino una delegación de empresarios importante. En este aspecto, ¿qué saca en limpio Chile?
R. Desde el punto de vista de nuestra política comercial, hay dos dimensiones de esta visita: el interés en aumentar y diversificar nuestro comercio con Brasil, nuestro tercer socio comercial. Y por otra, un intercambio de cómo enfrentar la guerra comercial que se ha desatado, que no está ni en los intereses de Chile ni de Brasil. Ahí también advertimos una importante coincidencia, aunque la realidad de cada país es distinta. Brasil, por ejemplo, adoptó una legislación en materia comercial que le permite tomar represalias si es objeto de prácticas comerciales incompatibles con un sistema de comercio libre. En el caso de Chile hemos descartado esa opción porque estamos hablando de escalas económicas muy distintas. Pese a esa diferencia, hay un consenso muy grande en tratar de salvar el sistema comercial multilateral, de recuperar la importancia de la Organización Mundial de Comercio e intercambiar impresiones respecto de la mejor forma de reaccionar frente a esta guerra comercial.
P. Los empresarios sostienen que cambiaron las reglas del juego del comercio internacional.
R. El sistema multilateral de comercio está en crisis, de eso no cabe ninguna duda. Lo que queremos evitar es que esa crisis se propague y termine afectando a países que no son protagonistas de esta guerra comercial. Y eso implica también asegurar un verdadero libre comercio entre Chile y Brasil, por ejemplo, e ir eliminando las pocas barreras comerciales que pueden existir entre los dos países.
P. China ha advertido que tomará represalias contra los países que cierren pactos comerciales con EE UU que los perjudiquen. El presidente Boric habló de defender la autonomía de la estrategia comercial, no tener que elegir entre uno y otro. ¿Se puede en este contexto?
R. Lo que queremos es que se evalúe la relación comercial con cada uno de nuestros socios por sus propios méritos. Obviamente, estamos muy interesados en entablar un diálogo con Estados Unidos porque tenemos un tratado de libre comercio y la norma del 10% no es compatible con este, y hemos avanzado en este tema después de la visita de nuestra subsecretaria económica a Washington. Queremos concentrar el diálogo en nuestra relación comercial bilateral con ellos, sin introducir elementos respecto de nuestro comercio y relaciones con terceros países. Y lo mismo con China. Tenemos una agenda comercial relevante con ellos y queremos mantenerla y potenciarla en la medida en que se pueda.
R. ¿Cómo avanzó el tema tras la visita de la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, a Washington?
P. Hay una hoja de ruta entre los dos países que consiste en distintos ámbitos en los cuales queremos avanzar y en los que Estados Unidos está interesado: los aranceles, las barreras no arancelarias y comercio digital, y temas de seguridad económica, que tienen que ver, por ejemplo, con los minerales críticos, en los cuales EE UU obviamente tiene interés. Van a haber varios encuentros en las próximas semanas. El ministro de Hacienda está en Washington en el marco de las reuniones financieras, pero aprovechará de tratar temas que están presentes en el ámbito comercial.
P. La embajada china envió una carta donde acusaba a EE UU de presionar al Gobierno chileno para bloquear un proyecto del Observatorio Astronómico Nacional de China en el norte del país sudamericano. ¿Qué responde?
R. En general no respondemos públicamente a comunicados que hacen las embajadas, pero en cuanto al fondo del tema, que tiene que ver con este proyecto para construir un observatorio, desde el momento en que se hizo público, recuerdo sobre todo un artículo largo del Newsweek, nos llevó a revisar el acuerdo que existía entre la Universidad Católica del Norte (UCN) y una entidad astronómica china. Ahí nos dimos cuenta de que la UCN, obviamente no de manera expresa, incurrió en varios errores porque comprometió beneficios y facilidades especiales e incluso inmunidades más allá de lo que le correspondía.
P. ¿Por qué?
R. Nosotros normalmente para los proyectos astronómicos tenemos dos vías de revisión: una negociación de Estado a Estado o acogerse a un convenio con la Universidad de Chile, la única entidad académica chilena que tiene facultades en esta materia. En este caso no se siguió ninguna de las dos vías, sino que fue una negociación directa entre una entidad privada chilena y una de carácter público china. La UCN no nos consultó respecto del proyecto, nos enteramos cuando salió en la prensa y creo que eso también representa una omisión, porque se supone que proyectos de esa envergadura tienen que entrar algún proceso de consulta con entidades del Estado. Está establecido legalmente. Eso nos llevó a revisar el acuerdo, una evaluación que no ha terminado.
P. Por lo que dice existen argumentos para que este proyecto no avance, ¿qué falta para que se cancele? EE UU advertía que no es solo un proyecto astronómico académico, sino una infraestructura capaz de seguir satélites de órbita, de comprometer la defensa.
R. Nosotros no tenemos antecedentes suficientes como para evaluar eso exactamente, pero lo que sí nos interesa es que en la medida en que sea un observatorio astronómico, siga alguno de los caminos disponibles. Este proyecto podría avanzar si es objeto de una negociación de Estado a Estado y eso es lo que le estamos ofreciendo a China. Nos interesa que China tenga participación en la observación astronómica de nuestros cielos.
La relación con el régimen venezolano
P. El Gobierno de Boric quiso retomar las relaciones diplomáticas con Venezuela, hoy rotas. Mientras esté Maduro en el poder, ¿existen opciones de restablecerlas, considerando que hay 700.000 venezolanos en Chile?
R. La respuesta es negativa. No creemos que sea posible restablecer relaciones diplomáticas con un régimen de esa naturaleza, sobre todo considerando que ellos decidieron romperlas. Lo que confiamos es poder establecer algún tipo de relación en el ámbito consular a través de un tercer país. No puedo señalar cuál, pero hay conversaciones en curso. Esperamos tener noticias pronto, pero depende también de las conversaciones entre ese tercer país y la autoridad venezolana en el ámbito consular.
P. Uno de los problemas que tiene este quiebre es, por ejemplo, acceder a la documentación de algún migrante venezolano sin papeles que cometa un delito en Chile. ¿Cómo están llegando a esa información?
R. Es un problema muy grande. Esos 700.000 venezolanos en Chile tienen necesidades, parientes, hay fallecimientos, nacimientos, etcétera; una serie de trámites que no se pueden realizar por normalidad. Aparte de eso, está todo el tema de la criminalidad y la falta de acceso a antecedentes sobre actividades de este tipo. Estamos tratando de suplir esos vacíos, pero es muy difícil, es muy difícil.
P. ¿Y cómo se está intentando suplir?
R. En términos de crimen organizado, por ejemplo, tenemos una cooperación que está aumentando con países como Perú, Ecuador, Colombia, Brasil. Pero obviamente las posibilidades de cooperación con Venezuela en el ámbito judicial son mínimas.