El gobierno libertario ha tomado una serie de decisiones económicas orientadas a la estabilización fiscal, el control del gasto público y la atracción de inversiones. Aunque estas medidas no han estado exentas de controversia, los últimos datos oficiales muestran resultados positivos: la pobreza está en caída libre y el empleo formal alcanza niveles históricos en el país.
Esta mejora se percibe en múltiples indicadores y marca un punto de inflexión respecto a la situación que encontró Milei al asumir el cargo.
La pobreza baja de forma acelerada en 2025
El dato que más expectación ha generado en la economía argentina —con el permiso de la inflación— ya es oficial. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha revelado que la pobreza en la población urbana de Argentina se situó en el 38,1% en el segundo semestre de 2024, lo que supuso un desplome de 14,8 puntos porcentuales respecto a la tasa registrada en la primera mitad del año, que había alcanzado un alarmante 52,9%. Esta caída tan pronunciada es la mayor registrada desde 2003.
El efecto de la estabilización macroeconómica
Este retroceso en la pobreza se debe en gran parte a la recuperación de la economía real, la creación de empleo y el crecimiento de los salarios reales, una vez descontado el efecto de la inflación.
De hecho, los salarios reales ya se encuentran más de un 3% por encima de los niveles previos a la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada. Todo esto ha configurado un círculo virtuoso entre crecimiento, empleo y reducción de la pobreza.
Además, el índice de indigencia también ha mostrado una notable mejoría, situándose en el 8,2% durante el segundo semestre, lo que representa una baja de 9,9 puntos porcentuales respecto al primer semestre del año pasado.
En términos interanuales, la pobreza cayó 3,6 puntos y la indigencia, 3,7 puntos. A pesar de estos avances, la pobreza entre los menores de 14 años sigue siendo alta, alcanzando el 51,9%, y la indigencia en ese grupo el 11,5%.
Empleo en máximos históricos
Uno de los datos más celebrados por el gobierno ha sido el aumento del empleo registrado. Según cifras oficiales, Argentina alcanzó los 13,596 millones de ocupados, el máximo de toda la serie histórica iniciada en 2016.
El fortalecimiento del entorno macroeconómico ha permitido que muchos sectores reactiven proyectos de inversión. Esto ha tenido un efecto inmediato en el mercado laboral. La tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total, aumentó hasta el 45,7%, mientras que la tasa de actividad alcanzó el 48,8% entre octubre y diciembre de 2024.
La tasa de desempleo también mostró un comportamiento positivo, situándose en 6,4% en el cuarto trimestre de 2024, frente al 6,9% del trimestre anterior y al 7,7% del primer trimestre, cuando el país atravesaba el impacto inicial del plan de ajuste. Estos indicadores reflejan una mejora estructural del mercado de trabajo, no solo en volumen, sino también en calidad del empleo.
Mejora del poder adquisitivo y menor presión fiscal
La evolución favorable de la inflación ha tenido un impacto directo en los ingresos reales de las familias. El proceso de potente desinflación que ha llevado el IPC mensual desde el 25% en diciembre de 2023 hasta el 2,4% en el último dato oficial ha sido clave para mejorar el poder adquisitivo sin recurrir a políticas de emisión monetaria expansiva.
El gobierno ha conseguido reducir la inflación del 12,8% al 2,7%, sacar a la economía de la recesión y elevar tanto la actividad como el consumo respecto al momento en que Milei asumió el poder.
En un contexto donde el número de trabajadores ha alcanzado niveles récord, los salarios reales han subido, y la pobreza ha bajado, tambiénse ha reducido la prima de riesgo a un tercio, se ha eliminado prácticamente la brecha cambiaria y se ha logrado un superávit presupuestario.
Eso sí, la situación sigue siendo delicada, especialmente por la necesidad de refinanciar la enorme deuda heredada a tipos de interés sostenibles.
Una transformación económica visible
La bajada en la tasa de pobreza, junto al incremento del empleo y la contención de la inflación, ha generado una transformación palpable en la economía argentina. Si bien la medición del Indec se limita a los 31 centros urbanos más poblados —lo que abarca a casi 30 millones de personas de los aproximadamente 47 millones que viven en el país—, estos datos son un reflejo del giro económico que ha tomado Argentina.
La mejora de las perspectivas financieras, el aumento de la inversión y la reducción del coste de financiación están elevando la actividad económica después de décadas de oscuridad.