El sismo de magnitud 6.8 que sacudió la región norte de Tailandia el 28 de marzo, con epicentro en Myanmar, ha dejado una huella económica inmediata que se suma a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Según análisis de Fitch Ratings presentados el 1 de abril, el país podría enfrentar pérdidas combinadas que superarían los 30.000 millones de baht (820 millones de dólares), poniendo en riesgo aproximadamente el 1% de crecimiento del PIB proyectado para este año.
El turismo y el sector inmobiliario emergen como los más afectados por esta crisis dual, justo cuando Tailandia intentaba consolidar su recuperación postpandémica.
Yunyong Thaicharoen, vicepresidente ejecutivo senior de Siam Commercial Bank, ha advertido a diferentes medios de comunicación que las cancelaciones de viajes ya superan las 400.000 reservas para abril, mientras que el mercado de condominios en Bangkok muestra una caída del 1% en transacciones.
Estos datos contrastan con el crecimiento moderado del 2.4% del PIB que se proyectaba para 2025 antes de estos eventos, ahora en muy seria revisión.
Golpe al sector turístico
La industria del turismo, que representa cerca del 20% de la economía tailandesa, está sufriendo tras el terremoto un nuevo revés. Justo cuando recuperaba las cifras pre-pandemia.
Las cancelaciones masivas de vuelos y reservas hoteleras en las regiones afectadas amenazan con dejar un vacío de 400.000 visitantes solo en abril. Esto pone en peligro la meta anual de 38.2 millones de llegadas internacionales, un objetivo crucial para la recuperación económica del país.
Contracción del mercado inmobiliario
El temblor ha sacudido la confianza en el sector de bienes raíces, particularmente en desarrollos de gran altura. Las transferencias de condominios en el área metropolitana de Bangkok han disminuido un 1%, ralentizando los esfuerzos para reducir el inventario acumulado de aproximadamente 7.400 unidades sin vender.
Diferentes expertos estiman que se necesitarán entre tres y cuatro meses para restaurar la confianza de los compradores.
Riesgo para el superávit comercial
Por si esto fuera poco, Tailandia enfrenta una posible reducción importante en su PIB tras los aranceles de EE.UU. de un 36% a sus exportaciones. Con un superávit comercial de 45.000 millones de baht con Estados Unidos, la economía tailandesa es particularmente vulnerable a estas medidas.
El anuncio del pasado 2 de abril podría afectar sectores clave como electrónica, textiles y productos agrícolas.
Los aranceles estadounidenses podrían desplazar a Tailandia en las cadenas globales de suministro. Empresas multinacionales podrían reconsiderar sus operaciones en el país si los costes de exportación aumentan significativamente, lo que afectaría la inversión extranjera directa y el empleo en sectores manufactureros.
Medidas para la recuperación económica
Las luces rojas no se detienen para el país de playas infinitas. También el Banco de Tailandia prepara dos recortes adicionales de tasas de interés en 2025, según Thaicharoen.
Se espera que la tasa de referencia baje del 2% actual al 1.5%, buscando estimular el crédito y aliviar la carga de la deuda en hogares y empresas. Esta medida pretende cerrar la brecha entre el crecimiento real y potencial del PIB.
Las autoridades tailandesas ya han anunciado medidas para restaurar la confianza en algunos de los sectores afectados. Con anticipo de paquetes de ayuda para el turismo regional y garantías para el sector inmobiliario. Pese a ello, los expertos advierten que la efectividad de estos programas va a depender de su implementación rápida y coordinada.
La combinación de desastres naturales y tensiones comerciales coloca a Tailandia en una encrucijada económica crítica. Mientras el país ocupa el puesto 162 de 189 en recuperación post-COVID, según datos presentados en el seminario de Fitch Ratings, estos nuevos desafíos exigen respuestas políticas ágiles y coordinadas.
¿Será capaz Tailandia de mantener su moderado crecimiento? ¿o por el contrario se avecinan tiempos convulsos para su ya tocada economía desde la pandemia de la Covid-19?