Jessica Zangen, fundadora de La Ratonera Quesería Artesanal está ilusionada con el paso que dará la marca: en el segundo semestre hará la primera exportación y será a Estados Unidos. Esto, luego de años de trabajo y de recibir premios internacionales que reconocen sus productos como de alta calidad. A la par que crecen los negocios, la empresa amplía su producción con una nueva planta en Zipaquirá.
¿Cómo es la empresa?
Es mía y de mi esposo. Mi mamá es española y los quesos madurados siempre estuvieron en la mesa. Viví un tiempo en Francia y me volví apasionada de los quesos. Regresé a Colombia y trabajé mucho tiempo con licores en una multinacional, pero tuve una hija y no quería volver a ese ritmo, soñaba con montar algo propio. Y así fue como, luego de separarme que decidí trabajar en el proyecto e hice mi plan de negocios, apoyada por mi nueva pareja, Juan Dennis.
En Colombia hay muy buena materia prima, somos el cuarto productor de Latinoamérica en cantidad y calidad, pero no hacemos mucho con nuestra leche, por lo que la oportunidad era clarísima.
Y fue así como en noviembre del 2014 me lance a hacer quesos artesanales, sin aditivos ni conservantes, de nuestra autoría y de una única finca. Por ejemplo, la finca de Ubaté de cabra me da unas características muy diferentes a la que está situada en Zipaquirá o Sopó.
¿Cómo han crecido?
Antes de pandemia estábamos concentrados en Bogotá vendíamos a restaurantes, pero cuando llegó la crisis el queso guardado lo empezamos a distribuir a clientes que estaban en sus casas, en el país. Eso nos llevó a pensar en que teníamos que dar pasos más grandes.
¿Y que siguió?
En el 2020, en España, participamos en los World Cheese Awards, que son como los olímpicos de los quesos.
Y ganamos una medalla de oro con nuestro queso de cabra, Flor de Montaña, de una finca en Ubaté y compitió en la categoría de quesos curados de cabra, o sea, todos los españoles en pleno, mis quesos favoritos.
Eso nos demostró que, no solamente crecemos sino que estamos haciendo un producto que puede competir en el mercado internacional con los mejores.
Desde ahí seguimos trabajando para hacer quesos de muy alta calidad. Y por ir a los concursos tenemos cinco medallas de oro, plata y bronce y somos la quesería más premiada. También trabajamos con otros queseros para promover la industria.
¿Cuál es el ‘top’ 3 del portafolio?
“Flor de Montaña”, “Cabritas” y “Duque Naranja”, receta inspirada en la manera en que producen el queso los holandeses. De ahí el color.
¿Cómo es la quesería?
Arrancamos en Chía en una quesería muy pequeña y nos acabamos de pasar a Zipaquirá, a una bodega con toda la infraestructura, con cuatro cuartos diferentes de maduración, con espacio para crecer 10 veces en la producción. Esto nos permite exportar, porque queremos llevar al mundo ese campo colombiano por que tenemos una calidad excepcional.
¿Cuál fue la inversión?
Invertimos $3.000 millones.
¿Cuál es la capacidad de producción?
Estábamos en 35 toneladas en un año y en este 2025 van a ser 140. En cinco años vamos a estar en 350 toneladas al año. Hoy estamos al 40% de la capacidad, pero la idea es a partir del 2025 aumentar escalonadamente. En marzo ya estaríamos en el 70%, todo dependerá de las exportaciones.
¿Cómo van en el mercado interno?
Arrancamos con un punto de venta en la Zona G, en Bogotá, que todavía está y también con restaurantes porque entre los chef había una necesidad de estos productos, todo era importado. Vieron que podrían hacer el cambio con productos colombianos sin sacrificar la calidad. Ese canal sigue siendo muy importante. Luego nos vinculamos a Carulla, desde hace poco entramos a Jumbo y estamos esperando entrar en PriceSmart. Luego de la pandemia, se quedó la venta ‘online’. Los restaurantes son el 20% de la venta, supermercados está entre 60% y 70% y el resto es venta al público.
¿Cuánto venden?
El año pasado vendimos más o menos $2.800 millones, creciendo 45% frente al 2023.
¿Cuál es el plan de exportación?
Empezamos a trabajar desde hace tres años con ProColombia, desde que nos ganamos el premio. Y hay muchas entidades tratando de apoyar al sector lácteo porque tenemos posibilidades en mercados internacionales.
Ahora nos están armando una agenda comercial, vamos para Estados Unidos en febrero para tener nuestro primer producto afuera en seis meses. Nos interesa ese país porque tenemos beneficios arancelarios y esperamos que eso no cambie con el nuevo gobierno. Hay mucha sed de productos diferentes y un queso latinoamericano es muy interesante para ellos.
¿Cuál es la estrategia?
Tenemos cita con cuatro distribuidores diferentes y hay unas tiendas especializadas que nos comprarían en Nueva York, entrar a esos sitios allá sería algo muy bueno.
¿Con que sueñan?
Yo creo que el sueño nos está haciendo realidad porque siempre habíamos soñado con ser una quesería premiada y reconocida en el mundo. Hay una cosa importante y es que no hacemos copias sino que siempre soñamos con hacer quesos raros, diferentes y deliciosos. La idea es que empiecen a ver a Colombia como un país productor de queso de altísima calidad.
¿Los han tentado para que vendan La Ratonera?
A nosotros nos empezaron a coquetear hace un tiempito, cuando decidimos hacer la quesería y justamente entonces empezamos a evaluar la opción de tener socios, entre 2021 y 2022. Unos amigos nos ayudó, entre otras cosas, a hacer la valoración de la empresa, empezamos a ver las opciones y no nos parecieron buenas en ese momento. Decidimos lanzarnos solos a crecer y los amigos que nos estaban ayudando pusieron un poquito de plata. Entonces tenemos socios con una pequeña parte del presupuesto para la planta nueva y ahí estamos. Pero creo que en la medida que vayamos creciendo van sonando las campanas.
CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
Periodista de Portafolio