Flick descubre al Balde más maduro tras los insultos racistas en Getafe: “Por tres o cuatro que insultan no hay que generalizar al fútbol español”

A Hansi Flick parece incomodarle el elogio. Escapa cuando se le pregunta por Johan Cruyff —”sí, lo admiro, pero quería dejar la portería a cero”, dijo tras la goleada 7-1 frente al Valencia—, y minimiza la presencia de una pantalla gigante en el campo Tito Vilanova, base del primer equipo del Barcelona en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. “La pantalla lleva aquí toda la temporada”, recordó Alejandro Balde; “Hansi la usa para poner vídeos del rival u otros vídeos que nos sirven para mejorar mientras estamos entrenando. Lo para y nos explica qué es lo que tenemos que hacer. Está bien”, reveló el canterano.

En la previa del partido contra el Valencia, Flick detuvo una y otra vez el entrenamiento del Barcelona: buscaba ensayar los ejercicios de presión. El trabajo resultó un éxito, al menos si se juzga la coordinación azulgrana para atorar al cuadro de Carlos Corberán, incapaz de escapar al agobio táctico que ejercían Fermín López, Raphinha, Ferran Torres y Lamine Yamal. “Hemos demostrado que somos un equipo”, celebró el alemán tras vapulear al Valencia.

Antes de recibir este miércoles al Atalanta (21.00, Movistar), Flick también puso a sus jugadores de cara a la pantalla gigante. “Insistió en ejercicios en la salida del balón”, le explica a este periódico uno de los futbolistas del Barça. “El Atalanta es un gran equipo, está haciendo una gran Liga. El año pasado ganó la Europa League y será un partido complicado”, analizó el lateral azulgrana. Acto seguido, sacó pecho: “Tenemos un gran equipo para hacer grandes cosas. Faltan muchos meses, pero en la Champions estamos muy bien. Hemos competido contra equipos grandes. Tenemos que pensar que podemos ganarla”. El Barcelona, clasificado para la siguiente fase de la Champions, se ubica en la segunda posición de la tabla en la fase de liguilla, a tres puntos del líder, el Liverpool. “Nuestra idea es optar a todos los títulos. No nos centramos en un torneo u otro. Hemos ganado uno [la Supercopa de España] y vamos a por todos”, remarcó el canterano.

La ambición de Balde, espejo de la ambición de Flick, empieza en los entrenamientos. La apuesta de trabajo del técnico alemán, en cualquier caso, no termina en el uso de pantallas gigantes para mejorar los ejercicios de su plantilla. “Cada staff trae su filosofía. El año pasado también estábamos bien. Estamos un poco mejor, pero también hay que valorar lo que hicimos”, expuso Balde, hoy un jugador fiable y constante, lejos de las irregularidades del pasado. “Mi primera temporada fue muy buena, la segunda fue complicada. Luego tuve la lesión y me costó. Todo es un proceso”, sostuvo sobre el desgarro muscular que lo dejó 182 días en la enfermería tras ser operado en Finlandia por Lasse Lampainen, el mismo traumatólogo que, en su momento, practicó una intervención quirúrgica a Dembélé y a Sergi Roberto.

El nuevo Balde, sin embargo, trasciende a un jugador más fuerte físicamente: su actitud sorprende en la Ciudad Deportiva del Barcelona. “Está más maduro, más suelto”, explica un empleado azulgrana. “Tengo margen de mejora, en defensa, en ataque, mentalmente, físicamente… Tengo 21 años y estoy jugando en el primer equipo del Barcelona”, recuerda el lateral, preocupado por su evolución en el campo, también en la sala de prensa.

En la previa del duelo ante el Atalanta, Balde habló con su entorno: sabía que tendría que responder de manera visible a lo que en un principio había decidido resolver de manera discreta: el racismo del que fue víctima en Getafe. “Fue una situación complicada”, contó el lateral azulgrana, que apostó por no parar el partido —la misma actitud que Lamine Yamal y Raphinha en el Santiago Bernabéu—, pero sí por advertir al árbitro en el descanso. “Por tres o cuatro personas que te insultan no hay que generalizar al fútbol español. Hay que señalar a los que son y que la ley actúe. Soy un chico al que personalmente no le afectan estos insultos. Que me llamen negro de no sé qué no me afecta. Me sorprende porque su capitán es negro. Hay que denunciarlo y ya está”, concluyó Balde. Más maduro, más futbolista, clave en el ataque del Barcelona de Hansi Flick, lo será también en defensa para sacar el balón ante el Atalanta.