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Los valores bursátiles que agita la Casa Blanca

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha sido el blanco de todas las miradas esta semana y una alegría para la Bolsa estadounidense, que ha subido un 2% desde el pasado lunes, dando más alas a la época dorada que vive el mercado. Un parqué que está caro, según la mayoría de los analistas, pero cuyas valoraciones se sustentan en que Estados Unidos va muy por delante del resto del mundo en productividad y es el motor tecnológico mundial (tiene las grandes empresas desarrolladoras de la inteligencia artificial), según Leonardo Fernández, director general para Iberia de Schroders. Además, su crecimiento económico ha mostrado una fortaleza superior a la esperada y el dólar sigue fuerte. “Si Trump lleva adelante las políticas fiscales prometidas es más madera para la hoguera”, dice.

Las perspectivas para la Bolsa estadounidense son positivas. Pero, como siempre, habrá unos valores que se beneficien más que otros del giro político. Y al contrario. Entre las agraciadas, Fernández mira directamente a las empresas de pequeña y mediana capitalización, aquellas que generan el 75% de sus beneficios dentro del país y estarán protegidas por el mantra del presidente de “volver a hacer grande Estados Unidos”. Con descuentos históricos, son de las pocas compañías estadounidenses que no están caras, que cotizan como sus homólogas del resto del mundo, indica.

Las denominadas siete magníficas (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla) también figuran entre las más favorecidas con el cambio en la Casa Blanca. “Pero no es sostenible el crecimiento que están teniendo, del 600%, y que el 60% de la revalorización del índice S&P provenga en su mayor parte de ellas”, aprecia, aunque puede que no se haya descontado del todo su ventaja competitiva, matiza. Igual que puede decirse de las entidades financieras, de acuerdo con Filipe Aires, analista de Afi, o de las petroleras y gasistas tras la retirada de EE UU del Acuerdo de París. “Vemos potencial en la energía tradicional, que lo ha hecho muy bien en 2024″, añade Fernández.

“En los últimos dos meses ya se han producido gran parte de los movimientos, con sectores como el petróleo, las finanzas o la tecnología alentados por la desregulación anunciada por Trump”, indica Javier Galán, director de inversiones de Renta 4. Si bien anuncios como el de los 500.000 millones de dólares de inversión en inteligencia artificial a cargo de Microsoft, Oracle y SoftBank no dejan de impulsar mayores subidas; también entre las firmas de semiconductores o las desarrolladoras de software.

Galán destaca entre los valores beneficiados a bancos como JP Morgan, Bank of America o Citi y a energéticas como Exxon o Chevron. Lo mismo que a firmas de defensa como Lockheed Martin o a Pfizer o J&J en el sector salud, que puede sacar ventaja de la era Trump y cuenta con unas valoraciones atractivas, dice Fernández.

Entre las perjudicadas, tanto el representante de Schroeder como el de Renta 4 hablan de las compañías con gran intensidad de mano de obra, que acusarán la ola de deportación de inmigrantes anunciada por el nuevo inquilino de la Casa Blanca; tendrán más difícil captar personal y deberán subir los salarios, prevén. Se trata sobre todo de compañías industriales, dice Galán, de hostelería y consumo de venta al público.

Además estarán lastradas por la política arancelaria de Trump compañías como Apple, que producen más barato en China; también firmas de moda como Polo o Nike o automovilísticas como Ford, General Motors o Chevrolet, prosigue Galán.

Pero son las empresas renovables las primeras que figuran en la lista de afectadas negativamente por el giro político, según Filipe Aires. Eso sí, como en la mayoría de los casos, este analista habla de efectos dobles y apunta a las necesidades de electricidad de la inteligencia artificial como punto a su favor. Galán sitúa a Tesla entre las perjudicadas por la retirada de subvenciones al coche eléctrico. Pero ¿será capaz el presidente de dañar a Elon Musk, su principal valedor?, se pregunta. Las inmobiliarias podrán verse lastradas por un descenso más lento de lo previsto de los tipos de interés, del mismo modo que las empresas de consumo básico por los aranceles.

Al final, aunque las valoraciones de las empresas sean muy altas, parece que no hay alternativa al mercado estadounidense, señala Sébastien Senegas, responsable para Iberia y LATAM de Edmond de Rothschild AM. “El gap entre EE UU y Europa se sitúa en niveles récord. La Bolsa de EE UU lo hace mucho mejor que las europeas y en 2025 puede seguir así”, agrega. Con un crecimiento del PIB superior al previsto debido a las medidas de Trump, subirán los beneficios de las compañías y con ellos la Bolsa, continúa Senegas. Aunque a lo mejor los inversores piensan que ya están muy caras y viran hacia los mercados europeos.

Efectos al otro lado del Atlántico

El impacto de Donald Trump también se dejará notar en las empresas españolas con presencia en Estados Unidos. El departamento de análisis de Renta 4 Banco ha hecho una selección de los posibles valores ganadores y perdedores de las políticas del mandatario. Grifols, Fluidra, Acerinox, Indra, Amper, Repsol, ACS y Ferrovial figuran entre los más favorecidos y Deoleo, Tubos Reunidos, Cie Automotive y Puig, entre los más perjudicados.

La entidad ve un impacto neutral al menos en el corto plazo en las firmas de energía renovable (Iberdrola, Acciona Energía, Solaria, Grenergy y Greening) que posiblemente pasará a negativo a medio plazo, de hecho, han sido las empresas más penalizadas en Bolsa desde antes de la suspensión de los proyectos eólicos y de la retirada del Acuerdo de París. En el caso de la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán, con el 80% de la inversión en redes prevista en los próximos dos años en EE UU, no se verían afectadas por depender de los Estados en lugar del gobierno central. Sus proyectos renovables en marcha tienen los permisos concedidos, podrían retomarse más tarde y, de ser retirados, “el impacto directo en la cuenta de resultados sería prácticamente nulo”. Una afirmación que traslada al resto de empresas, si bien, aclara que “el incremento de la incertidumbre regulatoria genera siempre un impacto negativo en el sector”, que “está acusando unas perspectivas menos favorables para los próximos años”.

El recorte de impuestos previsto beneficiará a Grifols: con las dos terceras partes de su negocio en EE UU, a Fluidra, con el 40% de la actividad allí, y a Acerinox, que tiene en EE UU el motor de sus beneficios. Y también a ACS y Ferrovial. La empresa de hemoderivados, no obstante, no vería reducido su coste de financiación dado que las rebajas en los tipos de interés serán más lentas de lo esperado. El fabricante de piscinas, por su parte, podría ver dificultados sus planes de deslocalizar producción en México para impulsar sus márgenes debido a los aranceles anunciados por el mandatario para el país. En cambio, a la acerera española los aranceles le repercutirán positivamente (por encarecimiento de las importaciones y su consiguiente reducción y por el mayor consumo de productos locales de sectores demandantes de acero inoxidable).

En el caso de Indra, su potencial es elevado dado que el sector de defensa podría verse favorecido por las presiones de Trump para que los países de la OTAN refuercen su gasto. Amper también debería verse impactada positivamente por esta misma cuestión.

La mayor permisividad para la extracción de crudo y gas será lo que dará alas a Repsol (además de la rebaja de impuestos), especialmente en un contexto en el que la petrolera baraja sacar a Bolsa su negocio de upstream en EE UU en 2026. Renta 4 cree que Venezuela podría enturbiar este escenario para la compañía.

Sin embargo, la imposición de aranceles puede repercutir muy negativamente en Deoleo, que genera más de la mitad de su ebitda en Estados Unidos, en Tubos Reunidos, con la mitad de sus ventas, o en Puig Brands, con una cuarta parte del negocio en el país y con una capacidad muy limitada de trasladar al consumidor el encarecimiento de sus productos tras años de inflación disparada. En el caso de CIE, la subida de los aranceles a México, donde tiene una fuerte presencia, será el principal lastre.