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Los nuevos impuestos para 2025

Los nuevos impuestos para 2025

Este feliz 2025 comienza con una serie de impuesto que van a hacer que nuestros bolsillos se resientan más todavía. A pesar de que la OCDE ya señaló a España la advertencia de que debe fomentar el ahorro, no lo contrario, como ya vimos en un artículo anterior; parece que las nuevas medidas siguen la línea continuista de subidas impositivas. Eso sin contar con que se siguen sin deflactar los impuestos y que estamos en niveles de deuda de máximos históricos. Por cierto, este gráfico del IRPF y del IVA, te ayudará a visualizar el coste para tu bolsillo y mayor recaudación del Gobierno por no deflactar los impuestos. 

Fuente: Carlos Arenas Laorga

En el artículo sobre el dato del IPC adelantado ya decíamos que algunos elementos básicos iban a subir, ya no como consecuencia de la inflación que sigue azotándonos, sino más todavía por los impuestos.

Así pues, el pan, la leche, las frutas, las verduras y los huevos verán duplicado su IVA, pasando del 2% al 4%. Aunque parece un aumento pequeño, en productos de consumo diario, el impacto acumulado será notable. Y aunque parezca pequeño, ¡es un 100% de subida! Por cierto, que el aceite y la pasta también vuelven al 10%. Gracias a Dios no creo que recordéis la gráfica de la subida del aceite. Mejor, así solo dolerá cuando vayáis al supermercado. 

Otro escozor para el bolsillo es la electricidad, que regresa al 21%. Además, este impuesto tributa sobre un coste que ya incluye otros impuestos. Este fenómeno se conoce como “impuesto sobre impuesto” y tiene un efecto multiplicador en el precio final que abonamos los consumidores, que ya pagamos el impuesto especial sobre la electricidad. Y, hablando de electricidad, los vehículos eléctricos pierden su desgravación del 15% y se terminan las deducciones de rehabilitación energética de las viviendas que podíamos deducirnos hasta un 40%. Parece que queremos fomentar la transición energética quitando incentivos. No hay que ser un experto para darse cuenta de que algo no cuadra. 

Aunque hay otros impuestos que suben, me quería fijar en uno que me disgusta especialmente: el incremento en el IRPF para las rentas del ahorro. El tipo marginal máximo para rentas del capital superiores a 300.000 euros subirá del 28% al 30%. Este cambio afecta principalmente a los contribuyentes con grandes patrimonios, pero también abre el debate sobre la fiscalidad del ahorro. No me disgusta que el impuesto vayan a pagarlo los más ricos (que ya veremos, porque seguro que tienen formas de optimización fiscal), sino por el espíritu del gravamen. Hagamos lo que hagamos, pagamos al fisco. Pero si ahorramos e invertimos, también. es decir, contribuimos a aliviar tensión del sistema de pensiones, se invierte en empresas y ampliar el tejido productivo, dejamos el dinero inutilizado para que la economía sea más capital-intensiva, arriesgamos… Y el pago de este esfuerzo es pagar impuestos. Pues estamos buenos.

Con estas medidas, el Gobierno busca incrementar la recaudación para financiar el mastodóntico gasto público. Sin embargo, la combinación de cargas adicionales podría reducir el consumo y el ahorro, dos motores clave de la economía. Para los ciudadanos, esto nos recuerda la importancia de planificar nuestras finanzas. Revisar presupuestos familiares, buscar eficiencia en el consumo y aprovechar deducciones fiscales todavía disponibles son estrategias básicas para amortiguar el golpe.

Aunque los impuestos son inevitables, la educación financiera puede ayudarnos a afrontarlos de manera más eficiente. Desde aprovechar herramientas como traspasabilidad entre fondos para optimizar la carga fiscal, hasta considerar inversiones en activos menos tradicionales como el private equity.

Desde luego, la educación financiera es clave y el panorama fiscal de 2025 nada halagüeño. Por eso, una buena planificación financiera puede ayudarnos mucho a la hora de optimizar esta pesada carga.